"Pese a lo que dicen todos los clichés, no deberíamos fiarnos de nuestras propias emociones. De hecho, deberíamos adquirir el hábito de cuestionarlas." (Mark Manson)
Ahora bien, no podemos evitar sentir y por lo tanto, la presencia de las emociones es permanente en nuestra vida.
Ellas cumplen la función de adaptarnos a nuestro entorno, no son buenas ni malas, son señales e información acerca de lo que nos rodea y de nosotros mismos. Sirven para informarnos sobre lo que necesitamos, nuestras metas y valores prioritarios, preparándonos e impulsándonos para actuar.
Además, las emociones, nos invitan a evitar el dolor y a acercarnos a lo positivo, nos informan nuestro estado emocional y a su vez nos ayudan a relacionarnos con los demás.
Las reacciones nocivas son deshonestas, ambiguas, destructivas, inútiles o violentas.
En cambio, las reacciones sanas son honestas, transparentes, constructivas, educativas y orientadas al desarrollo y al crecimiento personal, porque permiten aprendizajes permanentes.
Las emociones son:
-Ira
Es destructiva cuando se encauza a dañarte a vos mismo o a otros.
Es útil cuando se usa para corregir injusticias o protegerse a sí mismo o a los otros.
-Miedo
Es frustrante cuando te impide perseguir nuevos objetivos, pero es muy útil cuando estás amenazado en una situación hostil.
-Alegría
Se convierte en corrosiva cuando se emplea para justificar un sentimiento de superioridad frente a los demás (a modo de burla). Es sana cuando se comparte con otros porque sucede algo bueno.
-Tristeza
Daña cuando impide llevar una vida normal, pero se convierte en significativa si contribuye a honrar la memoria de los que ya no están.
-Vergüenza
Es perjudicial cuando lleva a juzgarte y a odiarte innecesariamente, y se convierte en beneficiosa cuando impide hacer algo inapropiado.
Como vemos el contexto y el modo en el que interpretamos nuestras emociones define cuán constructiva o destructiva pueden ser nuestras reacciones para nosotros y para los demás.
Identificar nuestras emociones y elegir cómo reaccionar a ellas nos abre un mundo de posibilidades.
Equipo de contención Sanatorio Mater Dei